Sin final.

Se encontró caminando cuando el astro rey no estaba presente, la ciudad se sumía en una oscuridad apenas atenuada por los postes, aquellas luces que ofrecían seguridad. La neblina que invadía aquellas calles se mesclaba con el humo de chimeneas que no subía hacia el infinito, si no que permanecía bajo, haciendo dificultoso respirar, picando la nariz con su olor e impregnando la ropa al andar, también poniendo a prueba la mente del chico, que ante la escasa visión tenía que mantenerse cuerdo ante las malas pasadas que su mente le podía jugar, tras aquella neblina se ocultaba  un destino fiero e incierto.

Me estanque!

Saber distribuir el tiempo es una cualidad que me gusta de mi viejita, cualidad que no poseo del todo, quizás la adquiera con la madures que me ofrezca el tiempo (ahora suena Deluxe - pony, estoy l'e'sto para jugar el juego vieho!!).